lunes, 30 de julio de 2018

Testimonio de Carlos Pingo Cruz

TESTIMONIO Este es el Testimonio escrito por Carlos Pingo Cruz, para una reunión pública donde fue invitado. Igualmente expuso su testimonio de como exalumno de la I.E. COLFAP de Piura. Estimados invitados, estimadas invitadas, participantes todos: Les saludo a nombre del colectivo de personas con discapacidad de la región y agradecemos su presencia. Asimismo agradezco a todas las personas e instituciones que organizan y patrocinan este evento, por la realización del mismo y por la oportunidad de participar. Creo que todos sin ninguna distinción tenemos la misma dignidad y potencialidades y se debe procurar oportunidades de desarrollo personal, espiritual, profesional y social para todos. Con mucho agrado comparto mi testimonio de vida desde el ámbito estudiantil y particularmente del ámbito universitario Mi testimonio es el siguiente: Desde muy pequeño mis padres observaban que al caminar me cansaba muy rápido, que para subir veredas tenía dificultad y me caía con mucha frecuencia; es por eso que el año 1993 me llevan a Lima a la Clínica San Juan de Dios, y después de los exámenes recomendados les dieron el diagnóstico de lo que tenía. Se trataba de un problema congénito denominado Distrofia Muscular Duchenne. Esta anomalía hace que el tejido muscular se debilite progresivamente y a medida que avanza la edad se va perdiendo la fuerza muscular. Mis padres sabían que en algún momento iba a dejar de caminar y que necesitaría una silla de ruedas para cuando llegue ese momento. Mientras tanto yo estudiaba en el colegio FAP “Samuel Ordoñez”, donde tenía un buen rendimiento, pero a la hora del recreo no podía ir a la par con mis compañeros. En el curso de educación física no se me exigía mucho, sólo se me evaluaba lo básico. Resalto que había mucha comprensión para mi caso, de parte del personal directivo, docente, administrativo, de servicio y de mis compañeros y compañeras de estudios. Para ir al colegio mis padres consiguieron movilidad, fueron varias personas las que me hicieron este servicio, personas muy comprensivas que se hicieron mis amigos. La distrofia muscular avanzaba y es así que a los 10 años 10 meses dejé de caminar, los músculos de mis piernas ya no tenían la fuerza suficiente para ponerme de pie. En ese momento, recuerdo que cursaba el quinto de primaria. Yo pensé que ya no podría seguir estudiando, pero mis padres me animaron a continuar, diciéndome que no habrá ningún inconveniente que cuento con el apoyo de ellos, y así fue - aunque era realmente un reto- sentí que lo asumimos como familia. En un principio me acompañaban al colegio, después poco a poco pedí que me dejaran ir solo en la movilidad, con un compañero que vivía cerca a mi casa, así fui tomando cierta autonomía. Gracias al apoyo y comprensión de muchas personas: mi familia y la institución educativa, que no cerró la puerta a mi silla de ruedas y que cada año adecuaba la distribución de las aulas para que la ubicación de mi sección sea en el primer piso, mis compañeros y compañeras de clase y sus padres que fueron unos verdaderos amigos, y otras personas más, pude concluir satisfactoriamente el período escolar. A mediados de quinto de secundaria nos llevaron a visitar las universidades; luego de esto, decidí dar la prueba de aptitud escolar en la Universidad de Piura para medir mis conocimientos, postulando a la especialidad de Administración de Empresas y a la Escuela Tecnológica Superior. Los resultados fueron alentadores y logré calificación para las dos carreras que había elegido. Al final, decidí seguir Análisis de Sistemas en la Escuela Tecnológica Superior de la UDEP, incluso me animé a dar el examen de becas y semibecas, y obtuve una beca que me permitió estudiar los tres años de mi carrera, porque cada año lograba el puntaje necesario. Encontré, también, en la Escuela Tecnológica un trato muy humano, los docentes siempre interesados en colaborar en lo que estaba en sus manos para que pueda formarme profesionalmente, sin hacer ninguna distinción y con la misma exigencia, buscando hacer de mí un profesional con una base humanista y una sólida formación en la carrera. Por otro lado, yo había ido confiado que encontraría nuevos amigos y amigas, y así fue, fácilmente fui haciéndome de amigos y amigas que comprensiva y desinteresadamente me movilizaban y me alcanzaban mis materiales de estudio en el momento oportuno. A mediados del primer año de estudios, se inició la construcción de nuevos ambientes, y a esto añadieron una remodelación del acceso principal, incluyendo una rampa con los estándares adecuados y así facilitaron mi acceso a los distintos ambientes. Agradezco esta atención de la Universidad de Piura y creo que otras instituciones deben asumir la misma actitud. Las personas con discapacidad, de acuerdo con nuestra formación laboral, técnica, profesional y con nuestra formación humana, estamos dispuestos a contribuir al desarrollo integral de la sociedad. Creo “Que con la ayuda de Dios, el apoyo de la familia y la colaboración de los distintos miembros e instituciones de la sociedad, las personas con discapacidad, sí podemos tener una vida digna”. Gracias SUGERENCIAS 1. Que la ciudad y las instituciones estén preparadas para las personas con discapacidad, porque la accesibilidad es sumamente importante en nuestras relaciones humanas. 2. Que las instituciones públicas y privadas estén preparadas para acoger, atender e incluir a las personas con discapacidad, esto implica que el personal esté preparado y capacitado para atender nuestras necesidades. 3. En los programas de estudio de todos los niveles, se debe desarrollar una línea formativa de atención a las personas con discapacidad y de orientación a la familia, para impulsar su desarrollo integral, su inclusión social y su servicio a la sociedad. 4. Que toda la sociedad esté abierta a brindar oportunidades de estudio, capacitación y empleo sin discriminación alguna por alguna discapacidad. 5. Mejorar la legislación sobre las personas con discapacidad, porque aún existen vacíos que es necesario superar para tener mejor calidad de vida. “La felicidad no tiene brazos ni piernas; vivamos al máximo, amemos hasta que duela, porque dando es como recibimos”. “Sólo Dios llena nuestro corazón; este es el primer milagro: convertirnos en auténticos testimonios de felicidad, y así vendrán más milagros”. HOJA DE VIDA 1. Nació el 30 de julio de 1986 en Piura 2. Educación Inicial en el INABIF y CEI 007 de Castilla 3. Desde los 10 años y 10 meses, usó silla de ruedas, a causa de la Distrofia Muscular Duchenne 4. Estudió Educación Primaria y Secundaria en la I.E. COLFAP de Castilla-Piura, Educación Superior en la Escuela Tecnológica Superior de la UDEP 6. Obtuvo el Título de Programador y Analista de Sistemas en la Escuela Técnica Superior de la UDEP 7. Creó una empresa de Servicios Informáticos: Servitec Consultores SRL. 8. Fue Coordinador y Predicador de la Comunidad Juvenil “Bodas de Caná” (JBC) de Piura 9. El 07 de octubre de 2014, a los 28 años de edad, partió a la Casa del Padre. (*) Testimonio de un joven Duchenne: La felicidad no tiene brazos ni piernas Publicado por el Semanario SEMANA del Diario el TIEMPO (Piura) el 08 de Febrero de 2015, páginas 14 y 15. Nota de publicación: Agradecemos su comprensión: Familia Pingo Cruz

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